El gospel sembró en Elvis el amor por la música. Siendo un niño de apenas dos años, se acercaba al coro de la iglesia, fascinado por su canto, e intentaba ser parte de ellos siguiendo las melodías e imitando sus gestos. Creció amando y practicando la música religiosa e inevitablemente el fervor impregnó toda su producción, incluso los temas que escandalizaron a la comunidad eclesiástica. 

Presley irrumpió en el mundo de la música popular haciendo añicos los convencionalismos e hiriendo las sensibilidades pacatas con letras y coreografías cargadas de una sexualidad salvaje. 

La decisión del cantante, en la cúspide de su popularidad, de lanzar un disco con canciones religiosas debió desconcertar a todos los extremos de la opinión pública, pero en realidad respondía a un íntimo deseo del artista y un paso plenamente coherente con los principios del ser humano que había tras la imponente imagen. 

El primer lanzamiento comercial de música religiosa firmado por Elvis fue “Peace In The Valley “, un extended play de cuatro canciones grabadas entre el 12 y el 19 de enero de 1957 en los estudios de Radio Recorders en Hollywood, durante unas sesiones muy eclécticas que, entre otros frutos, dieronka banda sonora de la película “Loving You” y el clásico “All Shook Up”.

El disco se puso en las tiendas en el mes de abril de 1957, casi simultáneamente a otro extended play secular, “Just For You”, y obtuvo una destacado tercer lugar en las listas de ventas de extended plays. En noviembre de ese mismo año, el contenido del extended play se reeditó como parte el LP navideño  “Elvis ‘Christmas Album”, que, como sabéis, fue el disco más vendido de su categoría y propició una gran difusión a la primera obra religiosa de Elvis.

El álbum nos permite gozar de un Presley muy diferente al de sus discos convencionales y las ardorosas apariciones televisivas. Solemne, contenido, técnico y a la vez profundamente orgánico,  realiza bellas y emotivas versiones de temas que conocía desde siempre ; “I Believe” ( popularizada por Frankie Laine en 1953), “Take My Hand, Precious Lord” (un estándar escrito por Thomas A. Dorsey, considerado el padre del gospel contemporáneo, sobre una melodía del siglo XIX), “It Is No Secret” (un éxito en 1951 para su autor, Stuart Hamblen) y la imprescindible “Peace In The Valley “, de nuevo obra de Thomas A.Dorsey, que la compuso en 1939 para Mahalia Jackson.

El acompañamiento vocal de The Jordanaires supone un manto de sobrecogedora belleza para el conjunto de la voz del rey y el soporte musical. Esta breve joya discográfica mostró con una elocuencia y claridad que llega hasta nuestros días al Elvis más sublime y esencial.

El disco puso de manifiesto la versatilidad, nivel artístico y honestidad de Elvis entre el público más reacio y conservador, que, poco a poco, aceptó al cantante como un artista legítimo. 

El mundo aún tendría que esperar tres años para disfrutar de un disco de Elvis dedicado por completo a la música religiosa, pero valdría la pena, ya que cuando el momento llegó fue bajo la hermosa portada de “His Hand In Mine”, una obra de la que hablaremos en otro post.

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