“In The Ghetto”, compuesta por Mac Davis y grabada por Elvis entre los días 20 y 21 de enero de 1969 en los American Sound Studios de Memphis, es la canción que cambió la imagen artística de Elvis, diluyendo al intérprete de comedias musicales ligeras y reinventando la trascendencia del antiguo ídolo adolescente e icono del rock and roll.

Tras su catártico especial de televisión de 1968, Elvis dio comienzo al que, para mí, es su etapa profesional más rica y honesta. Con tanta meticulosidad como pasión se embarcó en unas severísimas jornadas de grabación entre enero y febrero de 1969 durante las cuales completó más de una treintena de canciones que conformarán, entre otros, los soberbios discos “From Elvis In Memphis” y “Back In Memphis “. El material registrado en esas históricas semanas es extraordinario y pone difícil escoger una sola canción, pero, al margen del éxito comercial “Suspicious Minds”, para mí la pieza más relevante es “In The Ghetto”, la maravillosa creación de Mac Davis.

Con “In The Ghetto”, Elvis unió su voz al grito por los desfavorecidos. En los cincuenta, Presley fue el estandarte de una rebeldía adolescente que, al fin y al cabo, aspiraba a ocupar el lugar -y los privilegios-de la clase dominante. Con el himno de Davis, en plena agonía del sueño pacifista de los 60, el Rey lanza un inesperado discurso reivindicativo y acusador, más propio de Bob Dylan o Johnny Cash, levantando ampollas en muchas mas pieles que las de la mojigatería conservadora; por primera vez apela con crudeza al poder establecido, que olvida a los desesperados, y a la sociedad, que prefiere no mancharse las manos ni el alma.

La voz de Elvis aquí es nueva, aunque es la que siempre debió ser. Suena escalofriante, dotada de una autoridad que parece nacer de la negra hiel que cubre las esquinas de los arrabales; el arreglo que la envuelve posee la belleza sombría y silente de un cortejo fúnebre y el coro podría hablar por las madres mudas por el llanto.

Buena parte del valor de este monumento musical es el triste hecho de que Elvis no volverá a trabajar con un material catalizador de las lacras que enferman a la sociedad como sistema. Me deleita crear en mi cabeza un Elvis alternativo, minoritario, alejado de Las Vegas y el Coronel Parker, grabando sencillos discos de country y folk, compartiendo de vez en cuando mensajes sociales y profundos, inspirados por sus propias vivencias. Pero es aún mejor escuchar una y mil veces la gran obra de Mac Davis y Elvis, pilar básico de sus respectivas condiciones de eternidad y una elocuente reprimenda para que dejemos, al menos por un momento, de mirarnos el ombligo.

https://youtu.be/quKgV8EXDgc

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