Rosa García Mora de Una Cita Con Elvis

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Elvis, la revolución social

Elvis Presley actuó en el Auditorio Pan-Pacific de Los Ángeles el día 28 y 29 de octubre de 1957.

Antes del primer concierto, Elvis dió una conferencia de prensa, como solía ser habitual, en la que amablemente, respondió a las preguntas de los periodistas.

En su primer espectáculo en este Auditorio, Elvis estaba muy contento y enérgico, decidido a impresionar a su público, que estaba lleno de celebridades… y así lo hizo, Elvis enloqueció a todo el público allí presente, con una fuerza arrolladora.

A lo largo del show de esa noche Elvis tuvo con él, en el escenario, una réplica del perrito Nipper de un metro de altura. Nipper era la marca registrada de la RCA. Al final del espectáculo Elvis agarró a Nipper por el cuello con su brazo izquierdo y lo levantó del suelo, finalmente se tumbó en el suelo mientras cantaba “Houng Dog”. Este espontáneo gesto de Elvis daría lugar, como era habitual en la época, a la polémica.

En una fiesta en la suite de su hotel después del espectáculo, Elvis conoció a Ricky Nelson, mientras recibía a artistas y amigos, como Nick Adams, Carol Channing , Sammy Davis Jr. o Tommy Sands. La cita de Elvis para esa noche fue con la actriz Anne Neyland, que había trabajado con él en Jailhouse Rock.

El público enloqueció durante el show, pero al día siguiente los periódicos adoptaron opiniones dispares, como solía suceder a menudo en los conciertos de Elvis en los años cincuenta.

Elvis no hizo nada en el escenario con Nipper que fuera sugerente o estuviera fuera de tono, según declararon incluso sus músicos.

Pero los testigos vieron los mismos shows de manera diferente, ya que estaban filtrados por prejuicios predeterminados, tanto a favor como en contra de Elvis.

Los medios de comunicación, al día siguiente, algunos ni siquiera mencionaron el incidente con ”Nipper” en sus reseñas, mientras que otros, solo hicieron referencia a él, sin dar mayor importancia a que  Elvis se  hubiera tirado al suelo en el escenario con Nipper.

Pero para Dick Williams, acérrimo detractor de Elvis, por definición Elvis era obsceno, y en ese número final, Williams detectó la “vulgaridad” que siempre veía en Elvis: “La locura alcanzó su punto máximo al final con  Hound Dog ”, escribió Williams en el Mirror-News  al día siguiente. ”Elvis se retorcía en completo abandono, el cabello colgando sobre su rostro. Se tiró al suelo con una enorme réplica del perro cantor de la RCA y le hizo el amor como si fuera una niña”.

Otros titulares anunciaban: “Elvis Presley tendrá que limpiar su espectáculo, o ir a la cárcel”

El resultado fue que “Los Ángeles Vice Squad” se pusieron en contacto con el coronel Parker y le advirtieron de que Elvis podía ir a prisión por tener una conducta inapropiada en el escenario. Pero según El Coronel, Elvis permaneció imperturbable.

Cuando la policía apareció con cámaras la noche siguiente, el espectáculo se atenuó de forma considerable. Pero a través de sus gestos con las manos, Elvis indicó en numerosas ocasiones a su audiencia que la cámara de la censura estaba sobre él. En un momento, extendió las manos con las muñecas juntas, queriendo decir a su público que sus manos y sus acciones estaban esposadas y que la policía estaba allí.

Incluso desafío a la policía y les dijo a los fans : ”¡Deberían haber estado aquí anoche!”

Por otro lado la prensa que le apoyaba emitió críticas fantásticas.

La crítica de prensa más favorable e impactante, al día siguiente del primer espectáculo, fue la de Wally George del L.A. Times. 

George escribió : “Los gritos del público se oyeron anoche a dos manzanas del Auditorio Pan-Pacific. Anticipaban a Elvis Presley, que en ese momento aún no había salido de su habitación de hotel. Sin embargo, incluso una simple sugerencia de su nombre provocaba un chillido sostenido, casi aterrador, de los 9.000 adolescentes que habían abarrotado la sala para escuchar a su ídolo. De hecho, la impresión al caminar entre el público era la de estar al borde de un volcán del que salía una nube de humo ominosamente creciente.  Y en cualquier momento momento podías sentir como la erupción te invadía”.

Impresionantes palabras de Wally George, que eran un fiel reflejo de hasta donde podía llegar la fuerza y grandiosidad de aquel increíble muchacho, de 22 años, que siempre se mantuvo fiel a su música y a su sentir,  traspasaría las puertas de la inmortalidad.

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