ELVIS EN LAS VEGAS 1956. LA DECEPCIÓN DEL ARTISTA.
Lo cierto es que lo que sucedió en las Vegas en Abril de 1956 no era lo que Elvis esperaba un par de semanas antes, el día 23 de abril, cuando hizo su debut en el Venus Room del New Frontier de las Vegas.
Elvis actuó en el New Frontier Hotel, en la Sala Venus, del 23 Abril al 6 Mayo de 1956.
Durante estas dos semanas, no descansó ni un solo día, dando dos shows diarios.
“Estoy demasiado asustado, creo que voy a estallar” Así se sentía Elvis.
Aunque el joven Elvis, de 21 años, quizás no lo hubiera admitido públicamente entonces, se podía sentir en él y escuchar su pesar en su voz. Tal vez por las luces deslumbrantes, tal vez por las altas horas de la madrugada, tal vez porque sentía a ese público lejos de él… en la Ciudad del Pecado. Quizás fue por haber estado las últimas dos semanas trabajando para tratar de ganarse a un público tan educado como escéptico y aturdido.
El coronel Parker había conseguido un contrato para Elvis, Scotty Moore, Bill Black y DJ Fontana, para un compromiso de dos semanas en el hotel New Frontier de las Vegas.
Pero las Vegas, en 1956, aún no estaba preparada para Elvis. En realidad, en aquella época, ni las Vegas, ni el resto de la sociedad mojigata y conservadora de la época estaba preparada.
Las Vegas… una ciudad inflexible y pétrea que solo acogía a los que eran de su misma condición; y Elvis en aquel entonces no lo era. No es que Elvis no fuera un artista de merecido prestigio, que lo era; y que no les ofreciera unos shows magníficos, que lo hizo. Pero era demasiado transgresor para un entorno tan hermético, tradicional y controlado por las mafias, como ese.
Esa maniobra de Parker, aún a día de hoy, todavía se considera uno de sus grandes pasos en falso, aunque, lo cierto es que formaba parte de un plan mucho más complejo.
DJ Fontana dijo: ”No creo que la gente estuviera lista para Elvis. Trabajamos con la Orquesta de Freddie Martin y allí estábamos nosotros haciendo todo ese ruido. Probamos todo lo que sabíamos. Por lo general, Elvis podía poner al público de su lado. No funcionó esa vez..”
Parker quería probar un nuevo rumbo para su chico y lo intentó con un público clásico, más conservador, más adulto y por ello decidió programar estas actuaciones en las Vegas. Pero la gente estaba acostumbrada a algo que nada tenía que ver con lo que Elvis tenía que ofrecer. Elvis era frescura, energía, un artista transgresor en estado puro, llevaba dos años dejando un rastro de adolescentes frenéticas tras sus pasos. Era una mezcla explosiva de sexualidad, Rhythm and Blues, Gospel, Country…la génesis del Rock and Roll.
Desinhibido e innovador, iba contracorriente, rompiendo con todo lo convencional, con todas las normas clásicas musicales y culturales de la época. Ya lo dijo DJ Fontana “allí estábamos nosotros, haciendo todo ese ruido”. Y quizás eso es lo único que oiría aquel público de las Vegas, ya que sus oídos aún no podían, ni estaban preparados para escuchar a Elvis.
Las Vegas, se nutría musicalmente de sus Big Band, los espectáculos de Frank Sinatra, Dean Martín… y un estilo de música en la línea de la cultura musical más clásica. Un público que estaba más interesado en el glamour, el alcohol, y en la sala de juegos de al lado, que en “el ruido” que hacían estos chicos.
Ese pequeño “fracaso” de Elvis, en el fondo, solo era una muestra más de que aquella audiencia adulta, glamurosa y adinerada, no estaba por la labor de lo que Elvis ofrecía. Era nada más y nada menos que una sociedad aferrándose a su estatus y a su conservadurismo y Elvis lo ponía en peligro. Pero la sensación de decepción y fracaso permanecería en Elvis clavada como una espina que afortunadamente se pudo quitar años después.
Aún así, Elvis no quedó impasible ante la magia de las Vegas.
Las Vegas le fascinó. Le gustaba mucho y prometió volver a esta ciudad, aún sin poder imaginar lo que esa ciudad le depararía en el futuro y como se convertiría para él en la ciudad que quedó asociada a su nombre para siempre, que le adoró, le admiró, y en la que Elvis dejó su huella eternamente.
Pero para ello debería esperar hasta 1969, para una vuelta triunfal y sin precedentes a los escenarios, en el Hotel International, para mostrarle al mundo que su fuerza encima de un escenario seguía intocable, y hacer que la Ciudad del Pecado cayera, está vez sí, rendida a sus pies, para siempre…
Las Vegas ya no era el paraíso de la Mafia. El turismo y los visitantes de la ciudad, ya eran muy distintos. Las Vegas ahora estaba hecha para el gran público. Y Elvis era un artista que había madurado y evolucionado, pero seguía conservando su esencia, su sexualidad, su agresividad en el escenario y ese sí era su momento .
Pero eso es otra historia…
Información cedida por “ELVIS. El Chico De Tupelo”
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